Con la llegada del invierno, ¿dónde deberíamos ir a hacer ejercicio? Incluso los más entusiastas del entrenamiento pueden sentirse desanimados cuando hace frío, está oscuro y está mojado.
Pero el hecho de que las temperaturas bajen no significa que el entrenamiento al aire libre tenga que entrar en hibernación. De hecho, existen numerosas ventajas de continuar con el entrenamiento al aire libre durante los meses más fríos. Por ejemplo, ayuda a combatir la tristeza invernal, aumenta la energía y permite salir al aire libre para obtener vitamina D, que contribuye a una serie de sistemas y funciones del cuerpo para mantenernos sanos.
Sin embargo, también es importante saber que el entrenamiento de verano y el de invierno no son iguales y que hay que tomar algunas precauciones de seguridad adicionales antes de salir al hielo y la nieve.
Con estos 4 consejos, nada se interpondrá en tu entrenamiento al aire libre de PAKAMA, incluso en la nieve.
1. abrigarse bien
Vístete adecuadamente. Hacer ejercicio al aire libre en invierno requiere un poco más de preparación que simplemente ponerse unos pantalones cortos y una camiseta como se haría en verano o primavera. Lo más importante es que te vistas por capas para mantener el calor, regular la temperatura corporal y evitar la humedad en la piel para mantenerte seco mientras sudas.
Como primera capa, un material sintético fino y ajustado, como el poliéster, el polipropileno o la seda. Estos materiales evacuan el sudor del cuerpo, a diferencia del algodón, que permanece húmedo contra la piel y extrae el calor del cuerpo. Además, lo mejor es una capa de vellón o lana, que favorece el aislamiento y te mantiene caliente. La capa exterior debe ser de un material repelente al viento y al agua para protegerse de cualquier clima invernal.
2. ser visible
No olvides tu equipo de seguridad. No sólo el sol se pone antes, sino que el tiempo invernal trae consigo nubes oscuras, lluvia, aguanieve y chubascos de nieve, que pueden dificultar la visibilidad de los vehículos y de otras personas. Es importante llevar colores brillantes o, mejor aún, ropa reflectante cuando se hace ejercicio al aire libre y, sobre todo, después del trabajo o de la cena, cuando está oscuro. También puedes optar por un faro para que te vean mejor.
Protégete la cabeza, las manos, los pies y las orejas. Proteger las extremidades de las temperaturas invernales es fundamental. Dado que la circulación sanguínea es más fuerte en el centro del cuerpo, la cabeza, las orejas, las manos y los pies son más susceptibles de sufrir congelación y el cuerpo más vulnerable a la hipotermia.
Así que antes de salir de casa, no olvides el gorro, un calentador de orejas, guantes o manoplas térmicas. También es importante protegerse la piel, porque sí, se pueden producir quemaduras solares en invierno, incluso en días nublados o cubiertos. Por eso, usa un protector solar con FPS 30 o más en la cara, los labios y otras partes del cuerpo que puedan estar expuestas al sol. Recuerde también que la nieve refleja los rayos UV. Por lo tanto, si estás en el exterior y hay nieve, es aún más importante.
3. control del tiempo
No olvide consultar la previsión meteorológica antes de salir para estar atento a los fuertes vientos, la nieve, la lluvia helada o cualquier otra cosa. Si hace frío y haces ejercicio en el pavimento, también debes estar especialmente atento al hielo negro.
4 Calentamiento
Aunque es posible que quieras empezar con un sprint para calentar tu cuerpo más rápido, debes empezar lentamente, como con cualquier otro ejercicio, para acostumbrar a tu cuerpo al entorno activo y reducir el riesgo de lesiones. No olvides estirar, ya que algunas personas tienden a tener las articulaciones rígidas debido a los meses de frío.
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